Collar largo con centro de ónix negro ovalado: una piedra de fuerza, protección y presencia. Lo acompañan cuentas de ónix, piedra volcánica y cuarzo cristal facetado, creando un equilibrio perfecto entre lo terrenal y lo etéreo. Cada detalle está rematado con mostacillas japonesas y broche de acero quirúrgico.
Una joya con carácter, única e irrepetible.
El ónix negro es la piedra de la fortaleza interior y el enraizamiento. Protege frente a energías densas, aporta estabilidad y refuerza la determinación.
La piedra volcánica —nacida del fuego de la Tierra— conecta con la energía más primal y transformadora. Ideal para renovar, soltar y comenzar de nuevo.
El cuarzo cristal limpia, armoniza y potencia las propiedades de todas las piedras que lo rodean. Es el gran amplificador de intención.
Una joya para mujeres que caminan firmes en su esencia.
Hecha con manos, corazón y propósito.